El Postigo del Jabón

El Postigo del Jabón es un blog de Antonio Rescalvo. Catedrático de Secundaria, ha sido Concejal del Ayuntamiento de Sevilla y Delegado de Cultura en el Ayuntamiento de Trigueros (Huelva) Ha sido candidato a la Alcaldía de Sevilla por la coalición PSA-Izquierda Andaluza. Actualmente colabora en Sevilla TV y Punto Radio. El 19 de septiembre de 2006 es elegido nuevamente para disputar la Alcaldía de Sevilla.

11.3.06

Jabón para el infarto social

El caos social que sufre Sevilla está creando una situación cada vez más insostenible en nuestra ciudad. Los recientes acontecimientos ocurridos con el asesinato de un celador del Hospital Virgen del Rocío por parte de una familia procedente del asentamiento chabolista del Vacie están elevando las señales de alarma ante el grave infarto social que se nos avecina.

Son ya muchos los años en que el problema de exclusión social de extensas zonas de Sevilla no sólo no ha remitido sino que ha aumentado. Ni la Junta ni el Ayuntamiento se han percatado de que los asuntos sociales deben ser, en una ciudad como la nuestra, una prioridad absoluta.

Cuando hablamos de una ciudad con altos niveles de desempelo no es extraño que los niveles de delincuencia, absentismo escolar, enfermedades o violencia de género alcancen cotas difícilmente asumibles por un municipio que pretende vivir del turismo y mostrar a propios y extraños las excelencias de sus monumentos, sus gentes o su clima.

Otra oportunidad

Es posible que no sea la ultima, pero van quedando pocas. Con lo cual , cuando sea tarde de nada servirá lamentarse.

Este nuevo periodo de paron, técnico le dicen, nos debe de servir para reflexionar nuestra actitud en este asunto, pues de poca utilidad tiene decir, resignadamente, que es una vergüenza tener aquello en pleno centro de la ciudad, desde los tiempos de Franco, para referirse a ese solar abandonado a su suerte, si nada se hizo para evitarlo, y menos manifestar que nos da igual y que el caso es acabar con esa indolente situación, permitiendo que se realice cualquier cosa, en tan sensible lugar, y quedarse impávido.

Tampoco nos debe valer asumir lo de que esto es lo que hay (que tragar), si nada se hizo por evitar que se llegara al punto donde se encuentra, y para nada, aceptar que desde la administración se justifique que “ aquello” sea la mejor de las soluciones posibles, sin decir para quien.

Porque ya me dirán, si tras hacer un breve análisis, la siguen compartiendo, o comprueban lo contrario.

Basta saber si puede llamarse solución, que no la mejor, a la epatante y costosa cubierta de materiales desconocidos hasta la fecha, llena de pequeñas bombillitas, con el argumento de que proyectara una sombra variable, (gracias a movimiento de traslación de La Tierra alrededor del Sol). Y que decir de la azotea- botellodromo, de la creación de locales comerciales fuera del edificio de lo que dicen será un mercado tradicional de pequeñas dimensiones, como quien dice de capacidad restringida, recoleto, intimo, de cámara, diminuto, para ser el mercado central, el emblemático de una gran ciudad, capital del país de ciudades.

Escudriñaran el proyecto básico y no encontraran ninguna de las dos estaciones de metro por más que miren, y el anillo periférico para los aparcamientos ni lo busquen, por que no está.

Tampoco intente descubrir, de las múltiples ideas, cual se seleccionará para lo que son las instalaciones provisionales, el ordenamiento de la calle Regina, y el de las plazas de la plaza (perla de edil).

¿El museo de la Hispalis?, ya se verá en que SITUacion se queda. Y para acabar piensen, para hacerse una idea mental, lo que puede ser esa terraza mirador, restringida a los usuarios del gran restaurante de cinco tenedores, con capacidad para quinientos comensales, y el ascensor a las nubes que solo será utilizado por los selectos clientes.

Reitero que aun se está a tiempo, puesto que no se ha iniciado, lo que cuando nos demos cuenta, incluso podemos lamentar no haber hecho algo más para evitarlo, que de suceder, será demasiado tarde.

Francisco Rodríguez Estévez