El Postigo del Jabón

El Postigo del Jabón es un blog de Antonio Rescalvo. Catedrático de Secundaria, ha sido Concejal del Ayuntamiento de Sevilla y Delegado de Cultura en el Ayuntamiento de Trigueros (Huelva) Ha sido candidato a la Alcaldía de Sevilla por la coalición PSA-Izquierda Andaluza. Actualmente colabora en Sevilla TV y Punto Radio. El 19 de septiembre de 2006 es elegido nuevamente para disputar la Alcaldía de Sevilla.

29.6.07

El PA inicia contactos con otras fuerzas andalucistas, entre las que sitúa al PSA.

Fuente: Europa Press

La dirección nacional del PA ha tomado la decisión de iniciar contactos con otras fuerzas andalucistas, entre las que incluyó el Partido Socialista de Andalucía (PSA), que lidera Pedro Pacheco, aunque en este punto advirtió de que estas conversaciones están condicionadas a que el PSA aborde una "renovación profunda tanto de líderes como de discurso".

En rueda de prensa, el secretario de Organización del PA, Manuel López, explicó que esta decisión será abordada en el Comité Nacional Andalucista, máximo órgano entre congresos y que se reunirá en Antequera (Málaga) el próximo 7 de julio, al igual que la decisión del secretario general, Julián Álvarez, de "reforzar" la Comisión Ejecutiva Nacional con la incorporación de dirigentes en áreas de Comunicación y sectoriales.

De esta forma, López explicó que una vez abordada la "renovación profunda" del partido, que se inició en 2004 con la elección de la nueva dirección, ha llegado un momento en el que "estamos abiertos a conversaciones con el andalucismo que se encuentra situado en nuestro espacio".

"Estamos abriendo conversaciones son prefijar conclusiones, creando un marco de relaciones que ya veremos hasta dónde llega", apuntó el secretario de Organización del PA, que destacó que entre los partidos con los que se iniciarán contactos están Asamblea Nacional de Andalucía, Izquierda Andaluza y andalucistas que pertenecieron o forman parte del Foro que lideró el ex ministro Manuel Pimentel.

En este sentido, López advirtió de que la intención es "no dejar a nadie por el camino, sino aunar fuerzas siempre que se coincida en trabajar por el bienestar y desarrollo de Andalucía". En este contexto, se refirió a la posibilidad de iniciar contactos con el PSA, destacando que las conversaciones sólo se producirían si el PSA experimentase una "renovación profunda" tanto en sus dirigentes como en su discurso.

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17.6.07

¿Cómo debería organizarse el nacionalismo andaluz?

Ésta es la pregunta que todos los nacionalistas andaluces se hacen tras el fracaso que los partidos políticos que representan el andalucismo han cosechado. La mayoría llega a la conclusión de que en una situación como la actual, en la que el bipartidismo va avanzando a pasos agigantados, hay que plantearse la máxima unión posible de las diferentes fuerzas políticas nacionalistas. Pero esto, como ya se ha visto en más de una ocasión,no es nada fácil.

La primera posibilidad que se plantea es la unidad total de acción. Es decir, que un partido de derechas como es el Partido Andalucista, otro de izquierdas como es el Partido Socialista de Andalucía, Convergencia Andaluza de centro-derecha, y anticapitalistas de izquierda como el Colectivo de Unidad de Trabajadores , Unidad Popular Andaluza, Asamblea Nacional de Andalucíay Nación Andaluza,estén juntos, trabajando codo con codo, bajo unas mismas siglas sin perder la coherencia.

La consecución de esta idea es, cuanto menos, difícil. Más teniendo en cuenta la caza de brujas sin precedentes que el secretario general del Partido Andalucista ha realizado desde que obtuvo su cargo.

Como nota positiva habría que decir que, en otros lugares del estado ha tenido éxito. Éste es el caso de Nafarroa Bai.

Otro modelo posible sería el asturiano, donde un partido político nacionalista, Bloque por Asturies, va en coalición electoral junto a Izquierda Unida (IU-BA). Esta posibilidad tiene una primera consecuencia, y es la no participación del Partido Andalucista y de Convergencia Andaluza. La segunda consecuencia, sería bastante negativa, pues con esta coalición se perdería la independencia política del proyecto. Por el contrario, se ganaría en coherencia en la acción política diaria, y quizá, en nuevos apoyos provenientes del sector más andalucista de Izquierda Unida (Convocatoria por Andalucia) que ya en otras ocasiones ha realizado algún amago por formar un 'bloque andaluz de izquierdas' junto a otras formaciones.

Para que esta opción tenga un mínimo de aceptación, debería quedar claro desde el principio que la coalición con Izquierda Unida forzosamente tendría que ser de carácter provisional. Es decir, que cuando la formación alcanzara la madurez y consiga obtener un espacio político seguro tendría que desvincularse y presentarse a las elecciones en solitario.

Refundaciones, bloques, coaliciones... son muchas las posibilidades de unión y relación entre los nacionalistas andaluces, pero escasas la posibilidades de éxito si no existe una verdadera voluntad por empezar de cero.

De lo que sí podemos estar seguros es de que en esta tierra hay una gran base social andalucista, y que ésta, no se ve reflejada en las opciones políticas actuales. Está desencantada y desilusionada. Es hora de devolverles la ilusión y de representar con fortaleza la lucha por los intereses de Andalucía.

Fuente: Los Nuevos Tartesios

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13.6.07

El PSA se felicita de que otros partidos “recojan el guante del consenso” para solucionar los grandes temas de Sevilla

Antonio Rescalvo, candidato del PSA en las últimas elecciones, agradece al PP que “ofrezca ahora consenso para resolver grandes problemas como la marginación o el tráfico que necesitan solución inmediata en la ciudad”. Rescalvo recordó que “precisamente ese ha sido el eje de nuestra campaña electoral. Nosotros estamos dispuestos a colaborar en lo que sea necesario para hacer avanzar a Sevilla”.

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1.6.07

¿Quo vadis nacionalismo andaluz?

TRIBUNA: Elecciones municipales 27M
MANUEL RUIZ ROMERO
EL PAIS ANDALUCIA 01/06/2007

Si la aparición de Alianza Socialista de Andalucía (ASA) durante el tardo franquismo representó un factor catalizador de una inédita conciencia autonómica, mayor importancia tuvo la imprevista presencia en Cortes de un Grupo Parlamentario para el Partido Socialista de Andalucía (PSA). El sentimiento colectivo que Infante quiso para su nacionalismo en el camino hacía una autonomía frentepopular frustrada por el golpe de 1936, se esbozaría al celebrar los andaluces un luctuoso Día de Andalucía durante 1977. Resucitaba con el ejercicio de autodeterminación que significó el 28F.

El procedimiento excepcional por la vía del 151 confirmó, entre la debilidad ideológica, comunicativa y orgánica, la fragilidad electoral de un ámbito político como es el nacionalismo andaluz, sufriendo un duro revés durante las primeras autonómicas. Aquel PSA no pudo, supo o tuvo medios para explicar el por qué de sus actuaciones y sólo el PSOE rentabilizó aquella singular batalla contra UCD apareciendo a ojos de la ciudadanía como "el gran partido de los andaluces". El protonacionalismo del sexenio autonomista fue desinflándose por errores internos, pero también a causa de la desactivación y orientación de ese Ideal por causa del éxito de una labor de cambio institucional realizadas desde las dos mayorías socialistas de 1982.

Desde aquel primer desierto, el nacionalismo andaluz -los andalucismos- han sobrevivido más como un psicogrupo que como un sociogrupo, en palabras del profesor Jerez Mir. Mantiene un fluctuante respaldo electoral y tiene su techo en los diez diputados autonómicos de 1990, un eurodiputado y en el regreso con dos escaños al Congreso de 1989. Hasta el día de hoy, las sucesivas rupturas y los enfrentamientos internos, la carencia de un movimiento socio cultural, el mesianismo, el uso fetichista de Blas Infante, una implantación territorial desequilibrada, la insuficiencia y falta de diferenciación doctrinal y programática, hacen que su paso por las dos únicas legislaturas con coalición que han existido en nuestra Comunidad (1996-2004), resulten un mero dato histórico sin mayor trascendencia para la ciudadanía o la propia formación.

La evolución electoral de Andalucía demuestra que el nacionalismo no se hace sólo desde los despachos. Continúa carente de una apuesta cultural, social y sindical capaz de formar una base social para futuros logros electorales. Zapatero y Rajoy, el bipartidismo, avanza a pasos de gigante por esta tierra y han ocupado en muchos casos el sitio de los alcaldables. Sin embargo, no es menos cierto que, con demasiada facilidad la imagen del partido ha estado en manos de individuos de dudosa trayectoria moral o ideológica, que más han perjudicado que beneficiado a la causa. Las fracturas internas y los debates cainistas han eclipsado unas refundaciones inacabables que, más que actualizaciones estratégicas e ideológicas, han sido meros cambios de nombre y apellidos en las distintas direcciones.

Así las cosas, no es nada singular que el panorama de este espacio ideológico tras las municipales sea incierto. Más bien, es una de sus características. Posiblemente, y entre otros muchos, ni Pedro Pacheco ni Agustín Villar merecían esos resultados, pero ahí están.
En contra de lo que afirmó fanfarronamente hace años uno de sus fundadores: el pueblo nunca se equivoca. Claro que no. Por eso, va siendo hora de que el abanico PA, PSA, Asamblea de Andalucía, CUT-BAI, Jaleo, Nación Andaluza, Convergencia Andaluza, UPAN... aprendan con generosidad, sana autocrítica y altura de miras, de experiencias -nada novedosas por otra parte-, como la de Nafarroa Bai. Se hace necesaria una unidad de acción desde planteamientos de izquierda. Y entre otras personas, Pimentel, Clavero, Távora, Acosta, Isidoro Moreno o Rejón,...dicho sea con todo los respetos, tendrían mucho que decir si así lo quieren. Al igual que muchos independientes y ese inmenso capital humano que, aburrido o desencantado, ha sido dilapidado durante lustros. Es tiempo de catarsis para la ilusión. Se ha tocado fondo porque, de lo contrario, con más de lo mismo no existe futuro. Seamos realistas y pidamos imposibles. Para que las torpezas y miopías sobre los propios intereses no hagan virtud del quehacer ajeno.

Los peligros están ahí. A nada que el PP de Arenas se barnizase de un táctico regionalismo funcional podríamos estar ante la repetición del efecto Zoido en Sevilla, en un escenario electoral que se nos antoja no muy lejano. La necesidad de un partido andaluz fuerte sin llegar a ser radical, pero también serio, coherente y de futuro, continúa siendo algo anhelado por muchos andaluces que, sin embargo, vuelven elección tras elección a supeditar ese interés al voto útil según el caso.

Posiblemente, si el nacionalismo en Andalucía no existe en su expresión política habría que inventarlo. Quizás, como ya dijera Infante sobre nuestra conciencia como pueblo: la dificultad para lograrlo no le resta necesidad y pleno derecho al desafío. Y eso que la esperanza es lo último que se pierde. Eso dicen.

Manuel Ruiz Romero es doctor en Historia Contemporánea y especialista en la Transición.

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